Siempre me dio vueltas esa idea que contiene una magia
singular y presto atención a caras y gestos intentado descubrir lo que esconden.
La Terminal 1 del Aeropuerto de Guarulhos (la de vuelos domésticos) es por estos días
una fiesta para la imaginación. Este Mundial tiene la particularidad de generar
traslados de equipos y seguidores a través del país vía aérea, por las
distancias entre sedes, los diversos lugares donde se ubican los bunkers de los
seleccionados, la poca disponibilidad de autopistas agiles, sobre todo hacia el
norte
Entonces, tanto San Pablo como Río se convierten en un hub de
idas y venidas incesantes, de fanáticos que a medida que pasan los días, se van
confundiendo. En esta Torre de Babel de camisetas y colores vi empujar carritos
de equipajes un croata con sombrero mexicano, un USA soccer supporter con
camiseta de Colombia, un contingente español en la cola de Air Europa rumbo a
casa, un ghanés con bufanda de Alemania, dos cameruneses perdidos como su
equipo, costarricenses que pretendían
cambiar sus pasajes porque milagrosamente se quedaban una semana más….
También chilenos, decenas de mexicanos que volvían de
Recife, y multitud de casacas amarillas: los colombianos a pesar de estar
jugando en Cuiabá pareciera que están por todo Brasil.
Sobre el final de la terminal, se instaló un lounge
mundialista. Alfombra simulando césped y marcadas las áreas, puff simulando
pelotas, televisores donde ver los partidos, play station para los orientales
difíciles de identificar.
Allí, en esa ONU espontánea, se hablaban varios
idiomas, se intercambiaban figuritas, se recargaban smartphones…
Si los aeropuertos albergan historias en cada persona, aquí
se entrelazan destinos que ningún otro evento en el planeta sería capaz de
hacerlo, mientras esperan al avión que los lleve allí donde sus equipos los
necesite.
Pd: mis amigos dicen que la peli, Love Actually, es un
bodrio….a mí me gusta, la banda de sonido es fantástica. Véanla y me cuentan