viernes, 2 de julio de 2010

DIA 10: Una de romanos

Mas allá de la historia, de la verdad y la reconciliación sudáfricana, aquí vinimos a otra cosa: FUUUTBOOL, FUUUTBOOL.

Son las 16 horas, y la Italia campeona y avejentada, sin diferenciarse de tantas otras Italias que sufrieron para clasificarse a puro empate y terminaron imponiendo la camiseta y la historia, a veces en el juego, y a veces en los árbitros.

Directo el GPS apuntó a Hartfield Square, el centro de operaciones para ver futbol y para nuestra única comida del día....esta estrategia responde por estos días al presupuesto, pero tambien a los horarios de partidos nocturnos, los desayunos tardíos, las actividades apretadas en las pocas horas de luz que este invierno nos dejan disponibles.

Llegando al lugar, estacionamos estratégicamente de la mano de enfrente y lejos del lugar del encuentro con los "buenos" ciudadanos que nos cuidaron las llaves del auto ayer. Con tanta mala suerte, que la rotación de lugares nos puso a nuestro amigo justo en el lugar donde dejamos el auto. Se frotaba las manos pensando en otra recompensa similar....

Como estructurados hombres de costumbres, nos ubicamos en el mismo bar, en la misma mesa, bajo la misma estufa, frente al mismo plasma para ver el partido. En un rincón de la plaza, una mesa de perfil rioplatense, amenizaba la tarde con mates, en lugar de cerveza. Mirando con detenimiento, entendimos la razón: un deportista de elite, una figura del fútbol mundial, compartía la ronda con sus amigos de la vida....
El partido empezó con un concierto de errores y pases mal jugados. Italia sabiendo que tenía que ganar, pero cualquier resultado entregaba variantes, tanto Eslovaquía, debutantes mundialistas, como para Paraguay y la amateur Nueva Zelanda que jugaban al mismo tiempo en un plasma a unos 15 metros de nuestra mesa.

El partido fue emocionante, hasta los últimos 30 segundos todos estabamos seguros que la Vieja Roma daría el golpe. No fue así y Eslovaquia nos quitaba la posibilidad de ver a Italia en octavos de final contra Dinamarca y sus alegres hinchas cerveceros.

Por primera vez, en primera ronda, el imperio caía encontrando un punto final, al que no le seguían dos puntos suspensivos...

Mas tarde, ya comidos y en el hogar dulce hogar, Japón daba otro golpe a pura velocidad contra los lentísimos dinamarqueses, poniendonos por delante, el peor de los pronósticos: nuestra última entrada, la de cierre de octavos de final, y despedida del grupo mundialista extendido de los estadios sudáfricano sería un clásico del fútbol mundial....Paraguay-Japón, por suerte, a la vuelta de casa.

Poco queda del día, unos fideos congelados, unos pretzel y una larga linea de computadores conectadas precariamente, a traves de skype, con las familias. Los 10 días se empezaban a sentir

No hay comentarios:

Publicar un comentario