viernes, 2 de julio de 2010

DIA 13: Una de piratas...

Se dice que en un partido eliminatorio, en un combate sin revancha, la fortuna, a favor y en contra, pueden tener extrema influencia. Una lotería, si el temor lleva la contienda a la pena del penal.

La historia de los Mundiales, sin embargo, dice que la suerte juega con cartas marcadas: los grandes, siempre están, no mueren en las vísperas, sino donde su historia los ubica, muy pocas veces la banca le da lugar al punto a hacerla saltar en estas instancias.

Juegan Alemania – Inglaterra, y la historia tiene la palabra. Sabiendo lo que sabe, el grupo mundialista cree que cualquier cosa puede pasar, y por tanto, decide pasar la vigilia de NUESTRO octavo de final, en el Casino de Joburg, esperando que la ruleta no cante un 0.

Gold Reef City Casino es un complejo situado a 8 minutos del centro. Incluye el museo del Apartheid y un parque de diversiones. Es nuestro centro de operaciones, cada vez que el Soccer City nos convoca.


La fachada del edificio impresiona con sus springbocks dorados, sobre las fuentes brillando al sol tibio de la tarde.Visitantes de distintos lugares se agolpan en las puerta. Cuesta entrar. Los detectores de metales monitorean las mochilas. Es la hora del partido.



En el interior del edificio nos dan la bienvenida dos elefantes dorados, ataviados con ropas brillantes, más parecidos a los vistos en películas de la India que en la sabana africana.



El casino tiene varios espacios. Restaurantes, salones públicos de mesas abiertas, salones privados de mesas cerradas. En el centro, un hormiguero enloquecido alrededor de las maquinas tragamonedas, que sorprenden. Más de 2000 slots que no usan moneditas ni fichas, sino directamente tu tarjeta de crédito.
El equipo busca su espacio. No hay un lugar que cobije a todos. El partido está por empezar, y las indefiniciones asumen decisiones. Dany se perdió dentro de un pub, Alfred buscaba el patio de comidas. Antes que la diáspora sea incontrolable, partió la orden certera: “Muchachos, cada uno por su lado. En dos horas, nos encontramos abajo del elefante, y salimos”

El pequeño mundialista encabeza la búsqueda de un televisor. Una puerta comunica con un salón de juego, que tiene televisores. Le pedimos que investigue y allí va. 30 segundos después un Gorutta lo saca del brazo y de puntín.

El grupo se disgrega. Al final del gran salón, una pizzería cuyo dueño griego armaba mesas multitudinarias de argentos e ingleses, nos presta una mesa y dos sillas, para que le entremos a una de muzza con cerveza africana.

Empieza. Alemania tiene las dudas que le dejo Serbia. Pero a los 20, se juntaron el paparulo del arquero, el defensor que se dejo ganar y el línea que no marcó offside. Alemania ganaba por Klose, pero sin clase. Pero el gol pone las cosas en el camino esperado. El segundo es una joya, pase de Muller, define Podolski

La defensa de Capello juega a pasar a la historia. No toman al que viene ni al que llega. Pero la ruleta gira y llega un descuento. Alemania se confunde, Lampard apunta desde lejos, directo al travesaño, pica y sale. Es gol, la tele lo muestra en todas sus cámaras, el línea no corre, Larrionda no cobra. Los ingleses protestan en el bar, y la historia gira su sobre sí misma: 44 años atrás, un gol que no fue les permitió ganar su única Copa del Mundo, justamente contra Alemania.

Era el gol impensado, el empate improbable. Un black jack, un pleno, cuando la banca ya no podía perder.

Lo que queda del partido es ruleta, pero rusa, partidazo, la lógica se quedo en el vestuario a tomarse un segundo tiempo sabático. El bar poblado de ingleses y argentinos, que apoyan a los germanos arde. A los 67 aparece Muller, y en tres minutos, liquida la historia.

Faltando 10, el trío paga sus pizzas, termina la cerveza, retrata el momento, y va buscando el punto de encuentro. Atrás queda el que esperamos sea el futuro rival, en un partido raro. Inglaterra pateó mas tiros al arco, tuvo más corners, mayor posesión del balón. Pero le patearon 7 veces, se comió 4.

Para hincarles de rodillas, hay que cortarles las piernas….dice Serrat. Otra vez, el robo fue al ladrón. Pero la historia pone las cosas en su lugar. Decía más tarde Gary Lineker : “El fútbol es un deporte inventado por los ingleses, donde 22 jugadores corren detrás de una pelota y siempre ganan los alemanes”.

Afuera, la noche ya se cierra sobre nosotros. El cambio de ropas, habitual, se hace a paso rápido. Solo faltan dos horas. Varias capas de abrigos, aunque la sangre hierva. Allí vamos, es el último partido de varios mundialistas. El último del primero de Fran. Querrá la ruleta, que se vaya con los bolsillos llenos?

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