Alfredo, Dany y el pequeño mundialista dejaban África.
Francisco con un título del cual se jacta: se va Invictus en Mundiales. 3
jugados, 3 gritados, 3 ganados. Nos deja una pesada mochila para defender.
Los otros también se van invictos, pero no cuenta. Perdieron
en Berlín, y ahora la logística conspiró para prolongar su apoyo a la celeste y
blanca. Una mancha.
Allí partieron, junto a varios argentinos más, 9 horas los
separaban de los afectos. Pero apenas sonriendo para la foto en la fila 16 del
Boeing 747.
Me quedé dando vueltas, física y emocionalmente en el
aeropuerto, trasladándome lentamente desde la terminal de salidas
internacionales a los mostradores del check in de vuelos de cabotaje. 3 horas
después llegaron Fernando, Pablo y Maxi, los 4 que seguimos viaje hacia cuartos
de final.
Tomamos el auto, pusimos proa al centro, tomamos posesión de
un nuevo bunker, estratégicamente ubicado, de cara y con vista a otro teatro de
los sueños, el Green Point para más de 64.000 personas
Fran con su camisa Bafana Bafana, se abrazaba a sus amores. Ya en Buenos Aires, pensando en lo que se iba a perder y como lo iba a vivir.
Pero el Mundial sigue.
A esto vinimos, al fin (y) al CABO


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