Obliga el rito ceremonial, comenzar a girar el CD con las canciones gregorianas que el protocolo determina: Un state italiano (Italia 90), La copa de la vida (Francia 98), Waka Waka, la pegadiza de Coca en versión original y traducida por Bisbal, y por supuesto las básicas: Hell Bels de AD/DC, Arde la ciudad, La Mancha, La mano de Dios, del potro Rodrigo, que suena cuantas vece
El camino, autopista excelente, aunque con los carriles al revés….se hizo larguísimo por la ansiedad, y también por lo que nos marcaba el GPS humano y el google map (parece ser que había un camino más corto que un GPS de verdad marcaba en el segundo auto, aunque por cortesía nos siguieron).
Llegando a la salida que llevaba al Soccer City, la fila de micros abarrotaba espacios y ponía los pelos de punta a los mundialistas, que veían como se convertía en utopía el objetivo de llegar tres horas antes al estadio: encontrar un lugar para la bandera sería una tarea titánica.
Fernando abogaba por maniobras típicas de General Paz y Panamericana, mientras que el moderado Pablo hacía una, y evitaba la segunda. A paso cansino, rueda a rueda, llegamos al punto donde debíamos ingresar al parking, pero esta vez, la falta de predisposición a tomar los recaudos necesarios para tener anticipadamente un ticket de estacionamiento, nos desvió en sentido opuesto al camino hacia el estadio.
Unos metros antes de la bifurcación y unos metros después, agiles atletas que saltaban y corrían entre los autos, ofrecían opciones de estacionamiento, sobre los costados del camino. Autóctonos habitantes de los barrios de Johannesburgo, devenidos en los queridísimos TRAPITOS, aunque a diferencia, no éramos intimados por orangutanes excedidos de pesos con un ” QUE HACES PAPA, HOY ES 50 QUE AUMENTO LA YUTA, Y LA BARRA NECESITA RENOVAR LOS TRAPOS”.
Estos muchachos le ponían el cuerpo literalmente, nos interceptaron a metros de la puerta de ingreso oficial, y corrieron 300 metros delante de nuestro auto marcándonos el camino, esquivando aquellos que venían en sentido contrario, hasta llegar a la entrada del predio alternativo, el Zuluparking. Ardua fue la negociación entre los avezados profesionales argentinos, que le regatearon 20 rands a estos trabajadores…
Ya faltaba poco, apenas….3000 metros!!! nos separaban del destino, del recinto donde pondríamos los corazones a funcionar a marcha forzada, si ya no lo estaban en ese momento.
Ya faltaba poco, apenas….3000 metros!!! nos separaban del destino, del recinto donde pondríamos los corazones a funcionar a marcha forzada, si ya no lo estaban en ese momento.
Ataviados para la ocasión, emprendimos la caminata, pasando por el Bar Movil de Quilmes, que estaría esperando el regreso, de los más de 10.000 almas celestes y blancas que por ahora, pasaban rápido mirando los relojes.
Por suerte, el sol del mediodía, fue piadoso y contribuyo a mantener la temperatura externa saboteada la noche anterior, durante la larga caminata. La interna, iba en el camino a San Diego.
Por suerte, el sol del mediodía, fue piadoso y contribuyo a mantener la temperatura externa saboteada la noche anterior, durante la larga caminata. La interna, iba en el camino a San Diego.
Bonus track: Votación del mejor lookeado para la ocasión!!!
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