DIA 4: Tanta gloria, tanto fútbol, desplegado por el mundo

Luego del paseo cultural, atentos al paso lento en el que pareciera transcurrir la actividad en Tshwane/Pretoria, encaramos la peatonal comercial, llena de negocios y de puestos de artesanías, la mayoría alineadas con el evento deportivo: vuvuzelas, super vuvuzelas, gorros, banderas, guantes, muñecos, etc (todavía las bufandas de Bafana Bafana están caras, las vamos a esperar para cuando queden eliminados, los visitantes se empiecen a ir y se queden los que vinieron a ganar…).

Luego de intensos pedidos y ardua negociación sobre la procedencia de los fondos, Fran compro su Jabulani….la réplica, claro, pero que costaba un poco más de la mitad que en Buenos Aires. Y empezamos a desbarrancar.

Aprovechamos el día de temperatura agradable para lucir nuestras mejores galas. Cada uno, representando a la generación que pertenece, pero unidos por el privilegio de lucir y homenajear al mejor jugador de la historia y al mejor jugador actual, en camino a hacer su propia leyenda.

Who is Messi? Preguntaban los vendedores de los puestos de banderas. Y, en ese contexto, que iba a evitar, que la Jabulani empezará a rodar? En plena peatonal, una exhibición del tiki tiki argentino. No había marcha atrás. Minutos atrás, un pequeño espacio de verde césped fue caminado en la plaza principal de Pretoria, allí a metros de la estatua del pingüino. La pelota voló hasta ahí, un par de palomas se ofrecieron a actuar de palos imaginarios, y la redonda más redonda, rodó al fin
Alfredo y Fran primero, sumó Fabián, Fernando, Iván, Miguel, Dany y sin darnos cuentas, dos chiquitos que estaban allí buscando una moneda de los turistas pidieron pista y se sumaron al loco a un toque, dos al medio. Otros tres también sufrieron los efectos magnéticos de una pelota de futbol suelta sobre un suelo verde, y ya éramos 14 tipos en pleno corazón de la ciudad, disfrutando del deporte más hermoso del mundo.

Que viva el fútbol, un hito de este viaje.