A las 11 am, algunos minutos después de lo previsto, los autos a paso firme atra
vesaron los portones de nuestra residencia con P de Permanente en Sudáfrica. El camino es directo, recto en rumbo Norte, 270 kilómetros a los confines del país. Autopista doble carril, segura, muy lejos de las noticias que la prensa de los países desarrollados y soberbios nos quiso vender: un país donde los animales salvajes se cruzaban en la ruta (incluyendo a los habitantes originarios…) en lugar de este país en crecimiento, con parámetros de sociedad en desarrollo (que sí está claro está motorizado por la influencia europea de su inmigración). Con tiempo libre, el camino fue utilizado para Fun & Flyers y el booklet de ingles!!!!Nobleza obliga, a uno de los autos se le cruzó un monito de cola larga separado de su familia por la lengua de cemento.
Pueblo bajo, negocios sencillos en su familiar centro. En una intersección un cartel nos ubica en el mapa: Flecha a la izquierda, y llegaremos a la frontera caliente con Zimbawe, en sentido recto, la nebulosa e irregular frontera con Tanzania. A la derecha, el camino hacia el parque Krugger, hábitat de la fauna más salvaje del planeta. Vuelve a ser todo familiar, las imágenes y los “barrios” que nos rodean, nos hacen sentir en cualquier localidad del conurbano bonaerense…
Más allá de sensaciones, Polokwane, significa “Lugar seguro”, aunque en los tiempos de la Guerra Boer, donde los colonos originales, inmigrantes básicamente holandeses, fueron sometidos por el colonialismo británico ávidos por explotar los descubrimientos de oro y plata en el país, los anglosajones establecieron aquí un campo de concentración donde encerraron casi 4,000 mujeres y niños.
Ya son las 14 horas, queda poco para la recorrida del plan original. El GPS nos marca el itinerario al Fan Fest, que fue ubicado a pocos metros del recinto de los sueños. La barrera policial desbarata nuestro objetivo primario de dejar el auto en las cercanías, preparados para la salida rápida a la vuelta (miles de autos colapsarán la ruta, la noche cerrada nos encontrara transcurriendo los kilómetros de retorno).
La policía nos aseguraba que la mejor opción y más segura era buscar un parking en el centro a 40 cuadras y acercarse en los transfer gratuitos. Sin embargo, en un portón a 70 metros de la barrera, un simpático habitante nos hace señas: ofrece el jardín de su casa como estacionamiento!! 30 rands (15 pesitos) por la estadía por auto, resulta una oferta tentadora. Convocamos por sms a los rezagados, que rápidamente se sumaron al lugar.
Más allá de sensaciones, Polokwane, significa “Lugar seguro”, aunque en los tiempos de la Guerra Boer, donde los colonos originales, inmigrantes básicamente holandeses, fueron sometidos por el colonialismo británico ávidos por explotar los descubrimientos de oro y plata en el país, los anglosajones establecieron aquí un campo de concentración donde encerraron casi 4,000 mujeres y niños.
Ya son las 14 horas, queda poco para la recorrida del plan original. El GPS nos marca el itinerario al Fan Fest, que fue ubicado a pocos metros del recinto de los sueños. La barrera policial desbarata nuestro objetivo primario de dejar el auto en las cercanías, preparados para la salida rápida a la vuelta (miles de autos colapsarán la ruta, la noche cerrada nos encontrara transcurriendo los kilómetros de retorno).
La policía nos aseguraba que la mejor opción y más segura era buscar un parking en el centro a 40 cuadras y acercarse en los transfer gratuitos. Sin embargo, en un portón a 70 metros de la barrera, un simpático habitante nos hace señas: ofrece el jardín de su casa como estacionamiento!! 30 rands (15 pesitos) por la estadía por auto, resulta una oferta tentadora. Convocamos por sms a los rezagados, que rápidamente se sumaron al lugar.
Alí, nuestro amigo polokwense, nos abrió las puertas de su casa, utilizamos su baño, saludamos a su madre que aún estaba en su cama envuelta con una piel con una cabeza de león, conocimos una vivienda sudafricana actual.
El primer tiempo, y el festejo de los goles loca
Los corazones locales se unían en el latido, en multitud apretada, ante la pantalla gigante, aunque nuestra mirada estaba enfocada en el gigante que se levantaba en el fondo de la imagen.
Terminado el encuentro, ya nada nos detenía allí afuera. A paso firme nos fuimos acercando al nuevo estadio, el Peter Mokaba, en honor a uno de los principales compañeros de ruta y lucha de Nelson Mandela. Impresionante construcción, estaba lista para albergar el partido más esperado por la ciudad, el nuestro.
Ingresamos, y como siempre, el estadio estaba recién empezando a vestirse. A medida que las banderas poblaban las tribunas,
El emblema colocado, los minutos que se consumían más lentos que de costumbre, las charlas futboleras con los nuevos hinchas argentinos…
Empieza el partido, Grecia no quiere, se juega con P de Paciencia, sabiendo que este equipo no sabe jugar sin la P de Protagonismo. Una y otra vez, chocan contra el muro que proponen los helenos.
El resto, la explosión, la fiesta total, ya la conocen. Es nuestra última P, la menos pensada, la más esperada.
Llanto, emoción, desborde, los barra bravas subidos a los para avalancha….largos mYa no quedan rastros del día, el largo camino a casa, aunque en completa felicidad, comienza. Llenamos de calor los estomagos…
Nos despedimos de la barra brava Bafana….
Y después de largas colas en los peajes, llegamos a casa….
Misión cumplida, con P de Plena
Relato impresionante y con P de PERFECTO!!!!!!!
ResponderEliminarVamos los Machos todavía, que ya estamos en cuartos... y ahora vamos por los Alemanes... Última escala, la final con Uruguay señores...
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